Los papás y nuestra obsesión por crearles una infancia “feliz” y sin carencias

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Los papás y nuestra obsesión por crearles una infancia “feliz” y sin carencias

Diversos estudios y experiencias han demostrado que los niños que crecen con limitantes durante su infancia, son proclives a presentar determinados déficits a corto, mediano y hasta largo plazo. Es decir, secuelas que estarán presentes incluso en su vida adulta. Sin embargo, estos casos no sólo se dan ante las carencias, sino también en los excesos.

Las experiencias que dejó la crianza autoritaria hizo a las nuevas generaciones de papás y educadores a buscar modelos mucho más democráticos, en los que como adultos damos a los niños un papel mucho más activo que se refleja en mayor oportunidad para la toma de decisiones. Sin embargo, es muy fácil caer en un extremo nada recomendable.

Dentro de esta dinámica, donde concedemos un buen número de regalos, mientras buscamos lo mejor para nuestro hijo, entra aquel anhelo por procurarle una infancia feliz, misma que relacionamos con el cumplimiento de sus deseos materiales: el juguete de moda, el gadget más moderno o el videojuego más anhelado.

Quizá sin darnos cuenta, y en el afán de brindarles herramientas para que adquieran habilidades para etapas futuras, sumergimos a los niños en un mundo de excesos, donde no queda espacio para la imaginación, la creatividad, la capacidad para resolver problemas, incluso para aprender a manejar la frustración y ser tolerantes.

El exceso de información que los niños encuentran en internet, les resta incluso tiempo para analizar y procesas la información, incluso limitando su capacidad de sorprenderse al descubrir cosas nuevas, al mismo tiempo que podría mermarles horas de sueño y descanso.

De ahí la importancia de que, como papás, no perdamos de vista nuestro papel en la educación de nuestros hijos, conscientes que el exceso lejos de prepararlos para la vida, podría significarles hasta cierto número de deficiencias en cuanto a habilidades socioemocionales.

¿Cómo evitar caer en el extremo?

  1. Es importante no perder de vista que los niños necesitan tiempo libre y actividades no dirigidas para que puedan echar a volar su imaginación y creatividad. En ese sentido, incluso los lapsos de aburrimiento son útiles para que los niños puedan buscar la forma de divertirse con los elementos a su alcance.
  2. Si bien los juguetes electrónicos pueden representar al niño un acercamiento a la tecnología de manera lúdica, es vital procurarle juguetes de acuerdo con su edad y etapa de desarrollo, así como aquellos que requieran la participación del niño y la imaginación de los niños. En este mismo punto, entra un uso responsable y racional del internet y las nuevas tecnologías.
  3. Los espacios de esparcimiento y el tiempo libre para jugar significan también una oportunidad para socializar con otros niños. Lo que le ayudará al desarrollo de habilidades socioemocionales, trabajo en equipo y resolución de conflictos, así como tolerancia y manejo de la frustración.
  4. Experiencias para los sentidos. No hay como el contacto directo con la naturaleza o crear objetos o juguetes que serán puestos a prueba para potencializar sus habilidades y desarrollar un mayor número de capacidades.
  5. Horarios de sueño regulares. Un descanso adecuado, así como las horas de sueño necesarias para su edad, son los pilares para el desarrollo de las áreas cognitivas del cerebro infantil. Diversos estudios han demostrado que el sueño infantil favorece la maduración del cerebro.